A la hora de cuidar a personas que sufren algún tipo de demencia o alzhéimer puede darse en caso de presenciar algún comportamiento inusual o manías que se han ido adquiriendo a lo largo del avance de la enfermedad.
Este tipo de manías y/o comportamientos hay que saber muy bien conducirlas, como profesionales de los cuidados a domicilio, puesto que mantener la calma y saber gestionar correctamente en este tipo de situaciones puede marcar la diferencia.
Es por ello que conviene detectar las principales manías de personas con alzhéimer, así como saber cómo actuar en cada caso:
Esconder objetos
Una de las manías más repetidas en personas con alzhéimer es la de esconder objetos. Suelen ser objetos cotidianos, como las llaves de casa o medicamentos. Sobre todo en el caso de esconder llaves, comida, dinero o documentos importantes, el motivo es por miedo a que alguien más los use o simplemente porque olvidan dónde los dejaron.
Saber gestionar estas situaciones, adelantándose y teniendo controlados los principales objetos de la casa puede ser beneficioso para no tener que lidiar con este tipo comportamientos. Por ejemplo, este tipo de manía tiene que ver también con ancianos insoportables, lo cual una cuidadora tendrá que saber hacerle frente para que no le supere la situación.
Repetir palabras, frases o preguntas constantemente
Se trata de otro de los hábitos que suelen repetir las personas que sufren alzhéimer. Las personas con alzhéimer suelen repetir palabras, expresiones o frases constantemente, un fenómeno conocido como perseveración verbal.
Formular preguntas como “¿Dónde está…?” o “¿Qué hora es?” pueden repetirse continuamente, ya que olvidan las respuestas casi inmediatamente.
Asimismo, frases como “Me siento mal” o “Estoy cansado” pueden repetirse por una preocupación persistente, aunque no haya una necesidad física evidente en ese momento.
Además, suelen repetir frases relacionadas con necesidades: como “Tengo hambre”, “Tengo frío”, “¿Cuándo vamos?”, o “Quiero irme a casa”, aunque ya hayan comido o estén en casa.
Como cuidadores conviene manejar correctamente la situación en cada caso. Mantener la calma y ser paciente, puesto que hay que recordar que la repetición no es intencional, sino un síntoma de la enfermedad. Mantener un tono de voz calmado y responder de manera tranquila ayudará a evitar que la persona con alzhéimer se frustre o se sienta ansiosa.
Además, las respuestas que demos como cuidadores deben ser cortas y concisas. Por ejemplo, si preguntan “¿Qué hora es?”, se puede responder de manera breve sin entrar en detalles que la persona probablemente olvidará pronto.
Si la persona repite frases relacionadas con su bienestar, como “Me siento mal” o “Estoy cansado”, aunque no haya una razón evidente, es útil validar sus emociones. Decir algo como “Lo siento, sé que no te sientes bien” se les puede ofrecer consuelo, aunque la causa del malestar no sea clara.
Tocar y mover objetos de forma repetitiva
Este comportamiento puede deberse a varios factores relacionados con los cambios en el cerebro que produce la enfermedad:
- Inquietud o agitación.
- Declive en las habilidades cognitivas.
- Hábito o comportamiento automático.
Algunos de los elementos que suelen tocar constantemente son la ropa, objetos pequeños como llaves, monedas, botones, pañuelos o bolígrafos.
Del mismo modo, elementos muy comunes del mobiliario como cojines, sillas o cuadros suelen cambiarlos de sitio o tocarlos de manera habitual.
Los utensilios de cocina o incluso alimentos suelen ser elementos muy típicos que tocan y mueve las personas que padecen alzhéimer.
Como cuidadores, una recomendación es permitir la acción siempre que no sea peligrosa: Si la persona está tocando o moviendo objetos inofensivos, puede ser mejor permitirles continuar.
Además, se les puede proporcionar objetos específicos que puedan tocar y mover sin causar daño es una buena opción. Esto puede incluir pelotas antiestrés, pañuelos suaves, muñecos, o cojines. Estos objetos pueden ayudarles a canalizar su necesidad de manipulación de forma segura y controlada.
Habrá que hacer un esfuerzo como cuidadores en redirigir su atención si el comportamiento de la persona con alzhéimer es demasiado incisivo o disruptivo.
Siempre tratando de crear un espacio seguro en el que la persona pueda tocar estos objetos, evitando la confrontación y utilizando el refuerzo positivo. Esto es, si la persona se calma o deja de manipular objetos en exceso después de que se le ofrece una actividad alternativa, refuerza el comportamiento positivo con elogios o expresiones de afecto.
Comer de manera excesiva o compulsiva
El alzhéimer, como cualquier otro tipo de demencia, puede provocar que algunas personas coman demasiado. Estos cambios pueden ser consecuencia de las lesiones que sufre el paciente en su cerebro. La afectación del hipotálamo, el centro regulador del apetito, puede producir que el paciente cuando coma no experimente la sensación de sentirse saciado.
Como cuidadores, nuestra misión radica en actuar con cuidado y comprensión para garantizar su bienestar sin generar conflictos ni frustraciones.
Por ejemplo, entre las recomendaciones se encuentra el establecer rutinas regulares para las comidas, lo cual puede disminuir la tendencia a comer en exceso. Además, se puede controlar el acceso a la comida, guardando los alimentos que no se quiere que se consuman en exceso fuera de su alcance, como armarios cerrados.
También es aconsejable usar platos más pequeños, una táctica sencilla pero eficaz que puede hacer que las porciones parezcan más grandes de lo que realmente son y puede ayudar a que la persona se sienta satisfecha con menos comida.
Como cuidadores, acompañar a la persona enferma en las comidas permite regular la cantidad de comida que ingiere y también asegurarse de que coma despacio y mastique adecuadamente.
Insistir en realizar actividades específicas en momentos inoportunos
Es otra de las principales manías de las personas con alzhéimer. Esto puede ocurrir debido a la confusión mental y la desorientación temporal que provoca la enfermedad.
A medida que el alzhéimer avanza, las personas pierden la capacidad de reconocer el momento adecuado para hacer ciertas actividades y pueden intentar realizarlas de manera repetitiva o en momentos inadecuados.
Este comportamiento es una manifestación de la pérdida de juicio y de la alteración en la percepción del tiempo.
Por ejemplo, es común que las persona con alzhéimer insistan en salir de casa en momentos inoportunos, como durante la noche o en climas adversos, fruto de la desorientación que sufren.
Además, otra manía que se repite habitualmente es insistir en pedir comida fuera de los horarios establecidos, pedir comida inmediatamente después de haber comido o incluso despertarse por la noche para pedir alimentos.
Hablar o expresarse de manera incoherente
Esto ocurre como parte del deterioro cognitivo que provoca la enfermedad, afectando su capacidad para comunicarse de manera coherente y comprender el contexto en el que se encuentran.
Las áreas del cerebro que controlan el lenguaje se ven afectadas por el alzhéimer, lo que provoca que la persona pierda la capacidad de encontrar las palabras correctas o de construir oraciones con sentido.
Con el avance de la enfermedad, algunas personas pierden la capacidad de autocontrol y moderación en su comportamiento, lo que puede llevarlas a gritar o hablar en momentos inapropiados o de manera desproporcionada.
Imaginar hechos que no existen
Las personas con esta patología suelen imaginar cosas o hechos que no existen. Este fenómeno se debe al deterioro cognitivo causado por la enfermedad, que afecta la percepción de la realidad y provoca que las personas experimenten alucinaciones, delirios o confabulaciones. Estos pueden manifestarse de diversas formas, como ver personas o cosas que no están allí, creer en situaciones irreales o crear recuerdos falsos.
Por ejemplo, pueden imaginarse que hay alguien en la habitación cuando están solas o confundir a figuras con familiares. Además, este tipo de situaciones pueden ser muy reales para ellos, lo que puede generar confusión o angustia.
Del mismo modo, pueden llegar a pensar que alguien les ha robado objetos personales (cuando en realidad los han perdido o guardado en otro lugar) o que alguien los está persiguiendo o espiando.
Las personas con Alzheimer a menudo mezclan el presente con el pasado, creyendo que eventos antiguos están ocurriendo en tiempo real. Pueden pensar que deben ir al trabajo, que están esperando a sus hijos pequeños (aunque estos ya sean adultos) o que deben cumplir con responsabilidades que ya no tienen.
Como cuidadores es vital mantener la calma, no alarmarse ni mostrar frustración, así como tampoco contradecir ni corregirles directamente y ofrecer en todo momento seguridad y apoyo emocional.