Con la llegada del otoño, los cambios de temperatura y la disminución de las horas de sol tienen un impacto directo en la salud, especialmente en las personas mayores. Uno de los efectos más comunes de esta estación es la disminución de los niveles de vitamina D, una vitamina clave que el cuerpo produce con la luz solar. Con el paso del tiempo, el cuerpo cambia y, con él, también las necesidades nutricionales. La vitamina D, conocida como la “vitamina del sol”, es uno de los nutrientes esenciales cuya deficiencia afecta de manera particular a las personas mayores. Existen una serie de signos o síntomas que se manifiestan y que hacen indicar que te falta vitamina D.
¿Qué es la vitamina D y por qué es crucial en personas mayores?
La vitamina D es una vitamina liposoluble que juega un papel fundamental en la regulación de los niveles de calcio y fósforo, elementos clave para mantener huesos fuertes. Existen dos formas principales de vitamina D: la D2 (ergocalciferol) que se encuentra en algunos alimentos y la D3 (colecalciferol), que el cuerpo produce cuando la piel se expone a la luz solar.
En las personas mayores, la vitamina D es particularmente importante debido a su capacidad para:
- Mantener la fortaleza ósea, previniendo enfermedades como la osteoporosis.
- Mejorar la función muscular, evitando caídas y favoreciendo la movilidad.
- Fortalecer el sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones.
- Contribuir a la salud mental, ayudando a prevenir la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Las personas mayores son más propensas a la deficiencia de este elemento debido a su capacidad reducida de sintetizar la vitamina D. Esto es, a medida que se envejece, la piel pierde parte de su capacidad para producir vitamina Dcuando se expone al sol.
Además, las personas mayores tienden a pasar más tiempo en interiores, reduciendo la exposición solar, especialmente durante los meses de otoño e invierno.
Alimentos con vitamina D
Hay que conocer qué alimentos tienen vitamina D en su composición para poder incorporarlos a la dieta, o aumentar su dosis, siempre bajo prescripción médica, y combatir las deficiencias de este elemento.
Otro aspecto fundamental que explica la deficiencia de esta vitamina en personas de edad avanzada es la dieta, ya que en muchos casos se consumen menos alimentos ricos en vitamina D, como pescados grasos, huevos oproductos lácteos fortificados. Frutas como el aguacate contienen grandes cantidades de esta vitamina.
¿Cómo saber si falta vitamina D?
La vitamina D puede manifestarse de diferentes formas, y como cuidadores, hay que estar atentos a su presencia:
- Dolores musculares y articulares: la vitamina D desempeña un papel clave en la función muscular. Su deficiencia puede causar debilidad, dolores articulares y problemas para moverse, afectando directamente la calidad de vida.
- Fatiga o cansancio extremo: la falta de energía y el decaimiento en ancianos son síntomas comunes de una deficiencia prolongada de vitamina D. Las personas mayores pueden sentirse agotadas incluso tras haber descansado adecuadamente.
- Fragilidad ósea: sin suficiente vitamina D, el cuerpo no puede absorber adecuadamente el calcio, lo que debilita los huesos y aumenta el riesgo de fracturas, osteoporosis y caídas.
- Depresión o cambios en el estado de ánimo: diversos estudios han vinculado la deficiencia de vitamina D con trastornos del estado de ánimo, especialmente la depresión, que es común en los meses de menor luz solar. Además, esto es especialmente relevante en los meses de otoño, que suele haber un cambio de hora y las personas mayores pueden sentirse más alicaídas debido a la menor cantidad de horas de luz.
- Sistema inmunológico debilitado: un nivel bajo de vitamina D puede afectar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, lo que significa que las personas mayores son más propensas a resfriarse, enfermarse de gripe o sufrir infecciones. Conviene tener especial detenimiento con esto como cuidadores, ya que el otoño y los cambios de temperatura suelen ir de la mano en muchas ocasiones con el padecimiento de resfriados y gripes.
Otros síntomas de que te falta vitamina D
Asimismo, hay que tener en cuenta que pueden entrar en juego otros síntomas que pueden alertar del bajo grado de esta vitamina en el organismo. Estos son:
- Problemas Cardiovasculares.
- Dificultades respiratorias.
- Dolor crónico.
- Dificultades en los procesos de cicatrización.
- Problemas cognitivos, como sufrir enfermedades como el alzhéimer o el párkinson.
- Pérdida de cabello.
Todos estos son los 11 síntomas de que te falta vitamina D en el cuerpo y es necesario actuar en la menor brevedad posible.
El diagnóstico de la deficiencia de vitamina D se realiza a través de un análisis de sangre que mide los niveles de 25-hidroxi-vitamina D. En personas mayores, los médicos suelen recomendar mantener niveles entre 30 y 50 ng/mL.
Siempre bajo prescripción médica y supervisión, pero algunos remedios que pueden ayudar a nivelar la deficiencia de la vitamina D son los suplementos de esta vitamina, así como una exposición moderada al sol en las horas principales del día y unos pequeños ajustes en la dieta que permitan incorporar una mayor dosis de vitamina D en las personas mayores.
La vitamina D es esencial para la salud de las personas mayores, y su deficiencia puede tener consecuencias graves si no se detecta a tiempo. Durante el otoño, cuando la luz solar es menos intensa y la exposición al sol disminuye, es vital prestar atención a los síntomas y actuar de forma proactiva.
Consultar a un médico, realizar los análisis adecuados y, si es necesario, iniciar un tratamiento con suplementos puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida.
Mantener unos niveles adecuados de vitamina D es clave para disfrutar de un envejecimiento saludable.
Como cuidadores tenemos una gran responsabilidad a la hora de asegurar un correcto cuidado y detección de cualquiera de los síntomas mencionados para poder actuar y comunicarlo al médico de cabecera de la persona que se está cuidando.